
Me agrada la idea de que te veré este viernes, ya que, nunca te he visto.
Me gustaría salir contigo y subir el Santa lucía, sacarnos fotos y disfrutar el paisaje. No todos los días subo un gran cerro para hablar, reírme y regalonear, contigo; en realidad, espero que así sea.
Después de bajar y, dependiendo del ambiente, quiero tomar un café o un helado, o mejor aún, un café helado.
Luego, cerca de la triste despedida del futuro día perfecto, te abrazaré muy fuertemente y te diré todo lo que siento, todo lo que te amo y darte las gracias por entenderme, comprenderme y hacerme feliz.
Lamentablemente, tú no existes, ni ese viernes existe, ni nada existe.
¿Por qué? porque todo es producto de mi imaginación.